Medición de la PPV: optimizando la administración de fluidos
Uno de los pilares del manejo del paciente crítico y perioperatorio es saber si una persona va a responder favorablemente a la administración de fluidos. Esta capacidad, conocida como fluid responsiveness, permite ajustar la terapia con volumen de manera precisa, evitando tanto la hipovolemia como la sobrecarga, ambas con efectos clínicos indeseables. Durante décadas, se utilizaron marcadores estáticos como la presión venosa central (PVC), que, si bien fáciles de medir, han demostrado ser malos predictores de respuesta a fluidos [1].