¿Cómo evaluar la sarcopenia con imágenes?
La sarcopenia es mucho más que una palabra técnica: es una condición silenciosa que avanza con la edad y que impacta directamente en la funcionalidad, la calidad de vida y el riesgo de caídas y fracturas de millones de personas en el mundo.
Pero hoy, gracias al avance de la tecnología y la imagenología, podemos detectarla, cuantificarla y monitorearla con una precisión sin precedentes.
La sarcopenia se define como la pérdida progresiva y generalizada de masa, fuerza y función muscular. Aunque suele asociarse al envejecimiento, también puede aparecer en adultos jóvenes con enfermedades crónicas, desnutrición o inactividad prolongada.
Más allá de la simple pérdida de masa magra, la sarcopenia implica un cambio en la composición corporal: el músculo se reemplaza gradualmente por grasa y tejido fibroso, lo que compromete su capacidad contráctil y metabólica.
El diagnóstico clínico tradicional combina parámetros como fuerza de prensión y velocidad de la marcha, pero la confirmación objetiva depende de la medición de la masa muscular. Aquí es donde la tecnología se vuelve clave.
Entre los métodos de evaluación por imágenes destacan:
La Densitometría ósea (DXA): permite cuantificar masa magra apendicular y calcular índices de sarcopenia con alta reproducibilidad.
La densitometría de cuerpo completo se ha convertido en una herramienta central, ya que no solo mide densidad ósea, sino también masa magra, masa grasa y distribución segmentada. Hoy muchos equipos incluyen análisis específicos para sarcopenia e incluso para composición corporal avanzada, lo que permite personalizar informes e identificar alteraciones en estadios tempranos.
Detectar sarcopenia a tiempo permite prevenir caídas, hospitalizaciones y pérdida de autonomía, además de optimizar estrategias nutricionales y de rehabilitación. En pacientes oncológicos, renales o con enfermedades metabólicas, conocer el estado muscular es fundamental para ajustar dosis de medicamentos, plan de ejercicios y evolución terapéutica.
El valor real de una medición DXA o de composición corporal está en su interpretación clínica y seguimiento. Hoy los informes pueden personalizarse para destacar tendencias, comparar con valores previos y graficar el impacto de intervenciones nutricionales o de entrenamiento. La correcta delimitación de las regiones de interés (ROI) y el conocimiento de las referencias anatómicas son esenciales para obtener datos confiables y reproducibles.
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