¿Qué es el lavado broncoalveolar (BAL)?
Las complicaciones pulmonares en el paciente crítico, derivadas de la enfermedad de base, inmovilidad e infecciones nosocomiales, representan uno de los mayores problemas a la hora de manejarlo. Una neumonía asociada con la ventilación mecánica (NAV) afecta al 25% de los pacientes de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
La realización del lavado broncoalveolar (BAL) con el broncoscopio flexible es una técnica sencilla y que aporta mucha información clínica en el estudio de diversas enfermedades pulmonares. Cuando se describió esta técnica por primera vez al final de los sesenta nunca se esperó de ella un desarrollo tan importante y creciente a lo largo de los años. La aplicación del BAL en el estudio microbiológico se popularizó en los ochenta al aparecer la epidemia del sida, y en los noventa para el estudio de la neumonía asociada al ventilador.
La técnica consiste en la instilación de suero salino en bolos de 20-50 ml hasta el volumen total deseado a través del canal interno del broncofibroscopio, tras encajarlo en el bronquio elegido. Después de cada instilación, se aspira con la misma jeringa con la presión adecuada para no colapsar las paredes bronquiales.
Entre las indicaciones del BAL una de las más frecuentes es el diagnóstico de las infecciones broncopulmonares y es la técnica de elección en el diagnóstico de las infecciones oportunistas del enfermo inmunodeprimido. Por otra parte, el empleo del BAL en el diagnóstico de la neumonía bacteriana, especialmente en el enfermo con ventilación mecánica, se ha convertido en un inagotable tema de discusión.
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