Procedimientos de TAVI y la importancia de su planificación
La estenosis aórtica severa es una afección común entre las personas de edad avanzada, que afecta aproximadamente a 1 de cada 10 individuos mayores de 75 años. Con el envejecimiento de la población, se espera que este número se continue acrecentando.
Hasta hace un poco más de una década, la única opción de tratamiento era la cirugía cardiaca abierta, que implicaba una incisión en el tórax y el uso de circulación extracorpórea, lo cual aumentaba el riesgo de complicaciones asociadas a la intervención. Sin embargo, en los últimos años han surgido nuevas alternativas terapéuticas, menos invasivas y con menor riesgo.
El método TAVI (implantación transcatéter de válvula aórtica) es un procedimiento similar a colocar una prótesis (stent) en una arteria: lleva una válvula plegable de reemplazo al sitio por medio de un catéter (un tubo o alambre delgado). Una vez que esta nueva válvula se expande, empuja las aletas de la vieja para que la de reemplazo se encargue de controlar el flujo sanguíneo.
El primer implante de válvula aórtica por catéter, sin necesidad de cirugía, se llevó a cabo en 2002 por el Dr. Alan Cribier en un paciente de alto riesgo para la cirugía convencional. Desde entonces, los procedimientos de TAVI han experimentado un aumento significativo, inicialmente como una solución para pacientes ancianos, frágiles o de alto riesgo, y posteriormente aplicándose también a pacientes de riesgo intermedio o bajo. En los últimos 5 años, se han realizado más de 600,000 procedimientos de TAVI en todo el mundo, y se espera que esta cifra aumente a casi 300,000 al año para 2025.
A la hora de realizar la planificación de estos procedimientos es de gran ayuda poder contar con soluciones especializadas que sirvan de soporte para el equipo médico y técnico en la sala de hemodinamia.
Con la herramienta Caas A- valve 3mensio del Cath Lab se pueden realizar mediciones y planificaciones rápidas y sencillas de implantes valvulares aórticos transcatéter.
Entre otras prestaciones, se pueden tomar medidas de la raíz aortica, segmentar automáticamente la aorta ascendente y es posible realizar también ajustes manuales y mediciones personalizadas, tanto de diámetro, área, perímetro y longitud.
La angiografía simulada se puede utilizar para encontrar las proyecciones óptimas para la implantación, lo que puede ayudar a ahorrar tiempo en sala, reducir la cantidad inotrópicos sobre el procedimiento y también reducir el tiempo de exposición del paciente a la radiación.
Otra herramienta útil es que dispone de flujos de trabajo dedicados para examinar una vía de abordaje femoral, subclavio, carotideo, aórtico directo o transapical, lo que permite visualizar estructuras como las costillas, piel y los distintos vasos con sus diámetros relativos, calcificaciones y tortuosidad.
Permite, además, observar la forma y la posición del calcio y evaluar en múltiples vistas, así como cuantificar la calcificación mediante la escala de puntuación de Agatston.
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