Gracias a los estudios realizados a mediados del siglo pasado por el biofísico Norman J. Holter hoy podemos contestar esa pregunta.(1)
Su aporte consistió en un dispositivo portátil que permitía registrar el electrocardiograma de quien lo llevaba transmitiendo la señal a distancia. El único problema era que en aquel entonces el equipo pesaba unos 30 kg aproximadamente, por lo que el biofísico tuvo que seguir perfeccionando la técnica reduciendo de tamaño el sistema hasta dar con un diseño muy parecido al actual. Así fue como nació el Holter, un dispositivo fundamental para el diagnóstico cardiológico.
Gracias a él podemos obtener información sumamente útil de la frecuencia cardíaca, accediendo a informaricón sobre la existencia o no de alteraciones en su ritmo.
Las principales indicaciones para la utilización de un Holter de 24 h son:
Esta práctica permite reconocer alteraciones electrocardiográficas de poblaciones específicas, portadores o no de diferentes cardiopatías (2), y así poder tratarlas mediante una terapéutica adecuada. De este modo también se observaron grupos de pacientes con la enfermedad de Chagas.(3,4)
Por medio del Holter aumenta exponencialmente la posibilidad de detectar alteraciones intermitentes, con un análisis de 24 h, mostrando la mejor relación costo/beneficio. El Holter de 24 horas permitirá establecer la posible relación de los síntomas con una arritmia, identificar a los pacientes en riesgo de muerte súbita y evaluar la presencia de disfunción autonómica.(5,6) En aproximadamente el 90% de los pacientes con cardiopatía chagásica y disfunción ventricular o insuficiencia cardíaca se registran episodios de taquicardia ventricular no sostenida.
Conozca nuestro Holter Medilog® AR: una herramienta de avanzada en la detección de arritmias, la localización de la fibrilación auricular en cero segundos, el análisis de los episodios respiratorios y la variabilidad de la frecuencia cardíaca.
1. Holter NJ. New method for heart studies. Science. 20 de octubre de 1961;134(3486):1214-20.
2. Meinertz T, Hofmann T, Kasper W, Treese N, Bechtold H, Stienen U, et al. Significance of ventricular arrhythmias in idiopathic dilated cardiomyopathy. Am J Cardiol. 15 de marzo de 1984;53(7):902-7.
3. Gascón J, Albajar P, Cañas E, Flores M, Gómez i Prat J, Herrera RN, et al. Diagnóstico, manejo y tratamiento de la cardiopatía chagásica crónica en áreas donde la infección por Trypanosoma cruzi no es endémica. Rev Esp Cardiol. 1 de marzo de 2007;60(3):285-93.
4. Grupi CJ, Moffa PJ, Barbosa SA, Sanches PC, Barragan Filho EG, Bellotti GMV, et al. Holter monitoring in Chagas’ heart disease. Sao Paulo Med J. abril de 1995;113:835-40.
5. Ribeiro ALP, Lombardi F, Sousa MR, Lins Barros MV, Porta A, Costa Val Barros V, et al. Power-law behavior of heart rate variability in Chagas’ disease. Am J Cardiol. 15 de febrero de 2002;89(4):414-8.
6. Rassi A, Rassi A, Little WC, Xavier SS, Rassi SG, Rassi AG, et al. Development and validation of a risk score for predicting death in Chagas’ heart disease. N Engl J Med. 24 de agosto de 2006;355(8):799-808.