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El láser de dióxido de carbono (CO₂) ha transformado la práctica de la cirugía dermatológica desde sus primeras aplicaciones en los años 80. Aunque sus versiones iniciales ofrecían potencia, también implicaban mayor riesgo de efectos adversos. Con la evolución hacia sistemas superpulsados y fraccionados, su aplicación se ha extendido con excelentes resultados clínicos, sobre todo en el ámbito estético.
En el mundo de la dermatología, la atención postquirúrgica es crucial para lograr resultados estéticos satisfactorios. Un desafío común tras procedimientos como la blefaroplastia es la formación de cicatrices no deseadas. La tecnología láser ha evolucionado significativamente, proporcionando soluciones efectivas para estos problemas. En esta nota, exploramos un tratamiento exitoso de cicatrices postquirúrgicas utilizando el láser Er:YAG con la pieza de mano DualMode®, realizado por el Dr. Raed Khoury en Kiryat Bialik, Israel.